Gracias por volver
Todos tenemos una historia que contar…y las leemos en
Noveladictas
Te Amaré Por Siempre 2:
A Un Paso de la Felicidad.
A Un Paso de la Felicidad.
Capitulo 23: fuego
-Pitt… yo…- y justo, alguien
tomó este momento para interrumpir la intimidad en la que se habían envuelto,
ganándose una maldición por parte de Peter.
-Lárguense.
-Pase.
Dijeron los dos al mismo
tiempo, Peter la fulminó con la mirada a la vez que ella acomodaba un poco lo
que quedó de su desayuno, ella se sentía salvada por la campana y no pasó
desapercibido para Peter.
-Permiso, lamento interrumpir pero
es hora de que revisemos esa herida- dijo el doctor entrando a la habitación.
-no podía venir mañana, o en
otro momento.
-¡Peter!- lo retó Lali y el
doctor lo que hizo fue reír y dedicarse
a hacer su trabajo.
Él estuvo refunfuñando mientras
el doctor lo examinaba y Lali lo miraba de lejos. Reflexionando que en un
principio apostó por él ya que no conocía los riesgos ni el dolor del desamor.
Ahora que veía que no todo es color de rosa, que la moneda tenía otra cara
sentía miedo. Todo era muy confuso. Limpió una lágrima antes de que cayera,
Peter a pesar de la distancia se dio cuenta de eso. Necesitaba penetrar esa
barrera que ella había colocado.
EL doctor dio su trabajo por
terminado, dándole definitivamente el alta a Peter, sugirió el uso de un cabestrillo
debido al dolor que constantemente sentía en su hombro con unos ejercicios que
ayudarían a retomar sus movimientos comunes. Se despidió de ambos advirtiéndole
a Peter que tuviera un poco de cuidado hasta su recuperación definitiva y se
fue dejándolos en un incómodo silencio.
-así que ya estoy bien.-
comentó Peter de forma aparentemente casual, pero ambos sabían que había
llegado a un punto muerto en que el que tenían que tomar una decisión y
simplemente avanzar, para bien o para mal.
-si…- susurró Lali sin estar
muy clara en lo que debería hacer- me alegro que hayas salido de esta, en
especial cuando fue mi culpa.
-no fue tu culpa La.
-el disparo iba para mí.
-eso no lo podemos asegurar.
-por Dios Peter, me cubriste
con tu cuerpo para salvarme la vida, es obvio lo que es obvio, y el sol no se
puede tapar con un dedo.
-Tienes razón- se levantó de la
cama mirándola fijamente. Una postura que ella había visto muchas veces,
cautelosa, preparándose para el ataque, más sin embargo fue él quien dio el
golpe.- y este sol no se puede seguir tapando: Eres libre.
-¿Cómo?- sus ojos se
cristalizaron de inmediato, definitivamente la estaba sacando de su vida.
-eso… gracias por estar, por
cuidarme todo este tiempo, por estar a mi lado, pero yo no te voy a obligar a estar
a mi lado… si te tienes que ir…
-¡¡¡SE QUEMAAAA!!!
Interrumpió la retahíla de
estupideces que estaba diciendo ese grito que vino de afuera, y un gracias a
Dios inconsciente fue expresado por parte de ambos, sin embargo la situación
acaparó toda su atención.
-¡¡AUXILIOOO!!!
Lali se vistió con una camiseta y un Jean que encontró entre las
cosas que había llevado y salió corriendo de la habitación sin pensarlo dos
veces, fue una reacción casi automática. Detrás de ella, un poco más lento
salió corriendo Peter, más preocupado por Lali que por lo que pasaba en la
hacienda.
-¡Estás loca! ¡Vuelve aquí!-
ella no lo escuchó, o al menos fingía no hacerlo, algo que se le había vuelto
costumbre aparentemente; corrió hacia donde se dirigía todo el mundo con baldes
de agua.
Al llegar al lugar, Lali lo
primero que vio fue a Juan, informándose con él sobre lo que había pasado y
éste le explicó que de algún modo se había prendido fuego en uno de los
laterales de la hacienda, por suerte no habían casas ni animales en su rededor,
solo la cosecha, así que eso dio un respiro a Lali, aun no había heridos, solo
tenía que apagar el fuego que era extendido y aparatoso.
Sin embargo, el respiro se le
quedó atorado entre pecho y espalda cuando al darse vuelta se encontró con
Peter, su apariencia era la de alguien completamente sano, más sin embargo ella
podía ver más allá: su brazo flexionado y pegado a su cuerpo, como abrazándose
el pecho para apartarlo del gran alboroto que había a su rededor, y sus ojos
llenos de furia contenida, no le importaba el motivo de su enojo, más enojada
estaba ella en ese momento.
Lo apartó hacia un lado cuando
vio gran cantidad de gente corriendo con agua para apagar el fuego, alejándolo
de los riesgos de ser herido nuevamente.
-¡¿Estás loco?!- él la tomó en
brazos y la giro como protegiéndola con su cuerpo del alboroto externo.
-¡tú eres la que está loca!
¡¿Cómo te vas a lanzar al fuego así no más, como si fueras inmune?!
-¡Tu eres quién está herido
Lanzani te puedes LASTIMAR!
-¡¡¡Te vas ya para la casa,
ya!!!
-¡tú te vas ya para la casa, no
te vas a quedar aquí a riesgo de que…!
-¡¡¡estas herido Peter!!! ¿es
que no lo entiendes? ¡Yo por lo menos estoy sana!
-a mi no me importa si estas
sana, te vas a la casa y…
-¡no me pienso mover de acá!
-¡eres mi esposa y me debes
hacer caso!
-¿¡ah, sí?! ¿Y en qué momento
firme el papel de “le entrego mis decisiones al descerebrado inconsciente y
HERIDO de Lanzani”?
-¡Dios! ¿Por qué no me mandaste
una esposa con sentido común?
-Todo tiene solución en la vida,
y en nuestro caso se llama DIVORCIO.
-¿Vas a volver con eso Mariana?
-¿Será que pueden dejar de
discutir y ayudar un poco?- les gritó Rochi- por Dios, ¿A veces les parece
divertido fingir no conocerse o solo es el humo que les nubló la mente? Tú y tú
– les señaló enojada -saben que ninguno de los dos va a ceder, entonces sirvan
para algo y ayuden con el fuego. – siguió corriendo a buscar otro balde.
Ambos se quedaron sorprendidos
por lo inverosímil de la situación: El fuego, la discusión, Rochi… La discusión,
la atención de Peter volvió a lo último que le dijo Lali y por ende la fulminó
con la mirada. Ella quiso decir algo pero él le puso un dedo en los labios y la
tomó del brazo acorralándola a la pared que tenían detrás.
-Escucha algo Mariana, y escúchalo
claramente porque es tal vez la última vez que te lo diga de buenas maneras, NO
NOS VAMOS A DIVORCIAR, así que vete acostumbrando a la idea de pasar el resto
de tu vida a mi lado, aquí o en la China, ¿Entendiste?
Lali lo retó con la mirada,
parecía una guerra del más testarudo en vez del más fuerte, pero ella se sintió
por primera vez desde que estaba en esa casa, ella misma. Así que lo besó.
Peter se sorprendió, pero en cuanto ella pasó sus brazos alrededor de su
cuello, él la tomó suavemente por la cintura correspondiéndole completamente.
Ella se sentía esa que era capaz de decirle cualquier cosa sin miedo a lo que
pudiera pasar. Sin miedo a herirle, no por hacerle daño, sino porque su amor
era más fuerte que eso. Sin miedo a amarlo.
-Te amo- susurró en sus labios,
con la respiración agitada, y luego continuó su beso.
Continuará…
Volví, créanlo… corran la voz =)
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NUEVO capítulo Sábados.
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G. M. Rojas
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