TAPS 2: Capitulo 16

Gracias por volver

Todos tenemos una historia que contar…y las leemos en Noveladictas

Te Amaré Por Siempre 2:
A Un Paso de la Felicidad.

Capitulo 16: aún no es el momento.

-Muy feo lo tuyo con Belén ¿eh?- le dijo Lali a la vez que entraba en el cuarto y lo ayudaba a sentarse en la cama.

-¡pero qué dices! si te encanto que la pusiera en su lugar- respondió tranquilo.

-no lo niego, pero algo debiste haber hecho para que llegara a ese nivel de confianza, ¿no?-

-¿me estas acusando o me estas preguntando?-

-un poco de ambas- se colocó al frente de él – ¿estás cansado?-

-depende de para qué- dijo seductor y la tomó de la cintura haciendo que caiga suavemente sobre sus piernas ya que ella no opuso resistencia.

-para comer- obvió mirando la comida en su cómoda.

-depende de lo que coma- mordió sensualmente su labio inferior- porque si supieras el hambre que tengo de ti no lo preguntaras- la besó lentamente, Lali se moría de ganas por hacer el amor con él, sentía cualquier roce como una corriente eléctrica en todo el cuerpo y un simple beso la descontrolaba.

-me encanta como ignoras mis preguntas- ironizó en sus labios.

-y a mí me encanta como disimulas tus celos- tomó su labio inferior y lo mordisqueo mientras esperaba su reacción negadora de siempre.

-¡no son celos!- ella negó a la vez que dejaba un corto beso en su boca.

-¿ah, no?- recibió otro beso por parte de ella y él se separó un poco para hablar- bebé no se qué le pasa a Belén, ella nunca fue así y de repente está causando muchos problemas, y si, le tenía confianza como a Rochi o Feli, pero esa escenita no me gustó, no me gustan, ni de ella ni de nadie- besó la punta de la nariz.

-tú desapareces sin avisarme y llegas con otra, y esa escenita se queda corta- advirtió levantando una ceja y él sonrió.

-tú eres mi esposa y Belén es una empleada -aclaró- y si yo, desaparezco y cuando llego no te encuentro histérica de la preocupación y con ganas de matarme después de saber que estoy sano y salvo: puedes considerarte una esposa en problemas.-

-¿a si?, ¿no acabas de decir que no te gusta?-

-tal vez mañana me arrepienta de decir esto pero después de disfrutar de los beneficios de una esposa, esas son pequeñeces - Lali rió, cada momento que pasaba se acostumbraba un poquito más a él y a su vida de casada.

-mejor acuéstate-  ordenó antes de quitarle la camisa.

-me encanta las propuestas que me haces.- dijo con doble sentido y dejó un beso en su mejilla.

-es para cambiarte las gasas Peter-.

-por eso digo, me gusta que mi esposa este pendiente de mi.- Lali soltó una carcajada y Peter se acostó. Se sentía agotado físicamente pero a la vez lleno de vida, Lali estaba a su lado, como su esposa, resolviendo junto con él los problemas que se avecinaban, no había nada mejor.

Lali le limpió la herida con suavidad, a veces Peter pegaba un grito de dolor solo para asustarla, motivo por el cual Lali lo reñía mientras él reía, prácticamente no sintió nada, ella tenía manos de ángel. Luego le ayudó a colocarse una camiseta.

-me gusta más cuando me desvistes, pero que me coloques la ropa no se siente nada mal.

-¡Dios! todo lo asocias con sexo.

-¡me tienes en abstinencia bebe! ¿Qué quieres que te diga? Soy un hombre que necesita a su esposa en sentidos más carnales. –

-eres un hombre que necesita reposo después de la caminata que acabas de echar- se iba a alejar y Peter la tomó suavemente del brazo.

-soy un hombre que quiere un beso de su mujer, ¿será que me lo puede dar?- Lali sonrió ampliamente, a veces era tan niño, tan bebé, y cuando le pedía las cosas así no se podía negar en lo absoluto.

Se acercó y le dio un beso inocente y suave en el que rápidamente él tomó el mando, profundizándolo. La tomó del cuello para que no se alejara e introdujo su lengua en la boca para saborearla a su antojo, ella lo abrazó rosando sin querer la herida pero cuando él intentó alejarse por la molestia, gruñó.

-Pitt, te voy a hacer daño.- murmuró en sus labios.

-sssshhhh, solo déjate llevar- siguió besándola, acariciándola. Ella se sentó a horcajadas sobre él sin apoyar todo su peso, se moría de ganas por hacerle el amor, pero se inhibía por miedo a lastimarlo. Peter soltó el moño que ella se había hecho, y rosaba su cuerpo con el pulpejo de sus dedos, enviando ondas de deseo por todo su ser. Lali le daba besos en el cuello y él intentó quitarle la camisa pero se quejó de dolor. Ella se separó en seguida.

-Pitt… – exclamó preocupada.

-estoy bien…- murmuró pasando el dolor.

-no Pitt, déjame darte el analgésico mejor.- él se sentía frustrado por no poderle dar placer sexual a su mujer por ese bendito dolor.

-continuemos- pidió una vez se lo tomó.

-no Peter, aun estás débil...-

-no, La yo quiero…

-Peter…- lo retó y le colocó una mano en su rostro para calmarlo –me preocupa tu salud- dejo un beso en sus labios -y es lo primero ahora, no te desesperes, solo fija tu atención en ponerte bien, ¿puedes hacer eso por mi?- pidió dulcemente y él asintió renuente.

Él no se iba a engañar a si mismo, se sentía así porque temía que Lali se fuera y quería pasar cada segundo con ella, vivirlo intensamente y tener luego un montón de imágenes agradables que recordar en su ausencia. Que dramático se había puesto últimamente. Lali tenía razón, era mejor esperar.

-No me quiero quedar solo Lali.- pidió cuando ella se disponía a salir trabajando en lo de la hacienda.

-No seas niño Peter, me voy solo un rato.-

-no soy niño, solo que me aburre estar aquí, solo, entre estas cuatro paredes, sin ti- Lali soltó una carcajada

-¿no me digas que me case con un mariquita?- dijo entre risas, y Peter apenas y le pudo entender.

-Romántico… y claro. Ríete. Ya me vengaré cuando me recupere, mostrándote con qué tipo de hombre te casaste.

Ella rió un poco más fuerte al ver a Peter enojado y se acerco para dejar un beso en sus labios y camino hacia la puerta.

-ya vengo- dijo una vez allí- y no te quites el brillo labial- dijo refiriéndose a lo que le había quedado del beso que le dio – combina perfectamente con el color de tus ojos.

Él le lanzo una almohada con el brazo izquierdo que apenas y llego a la orilla de la cama, ella rió más fuerte y se fue a buscar unos papeles de la hacienda para continuar con el trabajo en la habitación y llevarle comida a Peter.

Continuará…

Volví, créanlo… corran la voz =)

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G. M. Rojas