viernes, 20 de octubre de 2017

TAPS 2: Capitulo 15

Gracias por volver
Todos tenemos una historia que contar…y las leemos en Noveladictas
Te Amaré Por Siempre 2:
A Un Paso de la Felicidad.
Capitulo 15: no te preocupes por mi

Esto Peter lo dijo con todo el doble sentido que se pudiese interpretar, no podía seguir viviendo con la duda de que si le daba un beso ella podría rechazarlo, se moría por hacer el amor con su mujer, y más aún quería realmente vivir un matrimonio normal de todos los días, con problemas normales y soluciones que las pensaran los dos juntos; con días noches haciendo el amor, con celos tontos que terminaban en un beso, con charlas eternas sobre las historias de sus vidas, porque en algún momento tenía que decirle la verdad, con…
-porque tu te tienes que recuperar- insistió más que todo para resistirse a su cercanía, “¿por qué resistía?”.
-estoy bien, no me va a pasar nada, confía en mí ¿sí?-
-confío en ti- respondió cuando se quiso acercar y se concentró en los papeles de la mesa, “¿Por qué se alejaba si se moría de las ganas de besarlo también?”
No lo entendía, y mejor se concentraba en hacer su trabajo bien para que Peter se sintiera orgulloso de ella. Él se dirigía a las bodegas que quedaban a una distancia relativamente cerca de la casa y Peter le explicaba como se manejaba eso en su presencia y en su ausencia, Lali anotaba todo en una agenda para no perder detalle importante y él le hacía bromas a las que ella respondía con otra pregunta sobre alguna duda que le quedara.
Cuando llegaron a las bodegas, ya Peter había intentado besarla dos veces, siendo interrumpido una vez por Juan que se alegró de verlo, y la segunda vez Lali, que giró la cara con una falsa inocencia. Le mostró cada uno de los almacenes de verduras y hortalizas más las neveras donde congelaban el ganado para consumo de la hacienda. Eran muchos empleados que alimentar todos los días, así que las reservas tenían que ser muchas, pero no demasiadas para que no se desperdiciara nada.
Las verduras se cosechaban para consumo de la hacienda. Las hortalizas se sacaban de la producción, era como comprarse uno mismo, y el ganado lo compraban mensual y congelado duraba lo suficiente y fresco. Compraban el cochino se compraba según las ganancias del mes, y las gallinas las criaban los empleados y las llevaban un día antes para ser preparadas, de ese modo tenían una alimentación balanceada.
Había un comedor especial para ellos, con cocina y las cocineras eran sus mujeres, guiadas por Feli. Las cosechas eran guiadas por Rochi y los empleados eran guiados por Juan.
-como puedes ver, los únicos jefes somos nosotros y los demás se tratan con mucha confianza, a pesar de todo son buenos empleados- caminaban lentamente, parecían más amigos que esposos y eso le empezaba a molestar a Peter, especialmente la forma en que los trabajadores veían a Lali.
-si ya veo, pretendían pararte de la cama con una huelga- ironizó mirando a su rededor.
-debe haber algo de trasfondo, ellos no son así- los justificó.
-¿Qué es eso?- preguntó ella al ver unos barriles.
-reservorio de ron, idea de ellos mismos- respondió sin mayor importancia, Lali se acercó a ver -¿quieres probar?- ella asintió y tomó un vaso que había cerca y le sirvió un poco. Lali probó un poquito y al parecer tenía buen sabor.
-está muy bueno, ¿eh? No tiene un sabor demasiado fuerte. Pruébalo- le ofreció el vaso pero él se negó- cierto que estas tomando medicamentos- tomó otro poco- discúlpame es que te ves tan sano que pareciera que no te hubiese pasado nada.-
-no es por eso, es porque prefiero tomarlo de otra parte- se acercó un poco más a ella acorralándola a los barriles.
-¿Directamente del barril?- preguntó en tono de broma.
-no, directamente de tu boca-
Y capturo sus labios antes de que protestara o le huyera, “¡DIOSSS! ¡¡¡La extrañaba tanto!!!” era como si hubiese estado toda una vida esperando para besarla, como si en este momento hubiese resucitado, como si nada más en el mundo importara.
Ella le correspondía totalmente, como si hubiese estado esperando lo mismo, ¿entonces porque le dio tantas largas?
Profundizó el beso y Lali abrió más su boca para recibirlo, para disfrutarlo. Peter apoyaba una mano en la cintura de ella y la otra en el barril, estaba agotado y lo supo disimular muy bien porque no iba a soportar un minuto más a su lado sin poder sentir esos labios, otra vez… esos labios que eran de él.
Lali lo tomaba cariñosamente por el cuello, y jugueteaba con su lengua como una experta. La amaba, y lo mejor de todo es que ella también lo amaba a él. Y aún eran esposos, hasta que no hablaran de nuevo del acuerdo al que habían llegado, lo eran.
El maravilloso re-encuentro de sus labios fue interrumpido por uno de los trabajadores conmocionados por la supuesta huelga que iba a haber a lo que Peter respondió “yo estoy de reposo y ya la dueña (Lali) se está haciendo cargo de todo” cuando se fue, le robó un beso a Lali y ella le sonrió sonrojada.
-¿sabes? Me esta empezando a gustar ese color de tus mejillas- no despegaba la mano del barril, era su punto de apoyo, y con a otra acariciaba su rostro con apenas un roce.
-¿Qué van a pensar tus trabajadores?- preguntó avergonzada.
-que estoy enamorado de mi esposa- la iba a besar de nuevo pero ella interrumpió.
-es mejor que regresemos a casa- se detuvo y entrecerró los ojos, receloso –en serio Pitt, no haz tomado tus medicamentos, te sientes mal lo sé y lo estas disimulando, y ya es casi la hora del almuerzo.-
-Tienes la medicina para que me sienta mejor justo aquí- se acercó a sus labios.
-Pitt…-susurró pero él tomó su boca sin aprensión. El calor de sus labios era lo único que necesitaba. Las caricias de su lengua lo revitalizaban. Y el amor que emanaba era celestial.
-Ahora si nos podemos ir- dijo cuando se separó y la tomó de la mano para irse a casa…- ¿cómo sabes que me siento mal?- preguntó curioso mientras caminaban.
-te conozco- respondió con naturalidad.
-no pero tiene que haber algo, lo disimulé muy bien, admítelo- la miró y ella sonrió.
-no lo vas a creer…- dijo incrédula.
-si te creo, dime-
-al principio lo dude, simplemente lo suponía porque como duraste muchos días en cama, y te molestaba la herida… pero después…- dejó morir sus palabras y se sonrojó mirando para otro lado.
-¿después?-
-prométeme que no vas a hacerme nada- le advirtió mirándolo.
-¿qué?- estaba confundido.
-¡promételo!- sonreía y él asintió turbado.
-esta bien, lo prometo- levantó su mano libre. –ahora dime-
-cuando nos besamos me… tu…-
-¡suéltalo Lali!-
-por lo general siempre intentas tocarme, pero esta vez te limitaste a besarme- le dijo mirándolo a los ojos y él no pudo evitar formar una sonrisa de ganador. –no es que esté mal, pero te conozco- desvió la mirada- apoyaste con miedo tu mano derecha en mi cintura, sin moverla, justo donde tienes la herida porque te duele, y con la otra te apoyaste al barril, estabas agotado y necesitabas hacerlo...- Él no decía nada y ella lo miró, y estaba sonriéndole – Tonto- le dijo Lali.
-¡hey, si no he hecho nada!-
-¡te burlas de mi con los ojos!-
-no es cierto-
-¿entonces de qué te ríes?- preguntó a la defensiva.
-de lo inteligente y perceptiva que es mi esposa, y de lo mucho que me conoce. Hiciste bien en hacerme prometer eso, porque si no tal vez te haría el amor aquí en el medio de la hacienda-
-de alguien tuve que haberlo aprendido, ¿no?-
-¿como por ejemplo…?- levantó una ceja y ya estaban un par de pasos de la casa.
-de mi antiguo guardaespaldas- guiñó un ojo, pero al entrar se encontró con lo que sería una desagradable escena.

-¡¡Por Dios Peter!! ¿Dónde estabas?- le preguntó Belen apenas cruzó la puerta de la cocina con Lali.
-en las bodegas ¿por?- respondió con naturalidad mientras Lali tomaba un vaso de agua de la nevera y él se sentaba en un banco.
-¡porque estaba preocupada por ti! Saliste desde esta mañana y mira la hora que es y no habías llegado- miró despectivamente a Lali pero ella la ignoró.
-Bueno me avisaste del problema que había y vine a ayudar a Lali ¿qué tiene de malo?- recibió el vaso de agua de Lali y se lo tomó con unas pastillas que le dio.
-Todo tiene de malo: no has comido, no te has tomado los medicamentos o mejor dicho te los estas tomando tarde y seguramente debes estar agotadísimo por la caminata que tuviste que hacer por “ayudar a Lali” – se burló de él y a Mariana no le gustaba para nada la escenita que le hacía Belén, pero prefería que Peter hiciera algo, o reclamarle después porque no hizo nada, una cosa era demostrarse “celosa” con Peter y otra era dárselo a entender a Belén.
-Belén –le Peter con seriedad- estaba con Lali. ¿Si? Todo esta bien- se paró del banco.
-no me parece-
-a mi si, y ¿sabes por qué? porque con MI ESPOSA es con quién mejor cuidado puedo estar, así que cuando esté con MI MUJER no te preocupes por mi- le dijo para tomar de la mano a “su mujer” y la guio para ir a la habitación necesitaba un descanso porque de verdad habían caminado demasiado.

Continuará…
Volví, créanlo… corran la voz =)

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NUEVO capítulo Sábados.

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G. M. Rojas



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