Gracias por volver
Todos tenemos una historia que contar…y las leemos en
Noveladictas
Te Amaré Por Siempre 2:
A Un Paso de la Felicidad.
A Un Paso de la Felicidad.
Capitulo 9: pan con mantequilla.
Cuando Belén se acercó a Peter y se
sentó a su lado, fue cuando él se animó a abrir los ojos, era hora de saber
hasta donde llegaba el descaro de quienes lo rodeaban.
-¡¡Hola Pipu!!-
-Hola Belu…-
-¿Cómo te sientes?-
-bien… ¿Lali?-
-no se- respondió con descaro – después que vino el doctor no la he visto…
a lo mejor y se regresó a la ciudad.-
-tal vez- dijo siguiéndole la corriente.
-En cambio yo no me he
despegado ni un segundo de tu lado-
le tomó la mano y Peter la alejó.
-¿no has discutido con Lali?-
-¡prácticamente no la he visto
Pipu! Además no tengo porque discutir con ella, cada una sabe cuál es su lugar- le tocó la frente y él quitó
la mano y la colocó a un lado.
-tengo calor- se justificó.
- ¿Prendo el aire acondicionado?- él
asintió y ella fue a hacerlo cerrando la ventana – Espero que sepas que yo haría cualquier cosa por ti.-
-¿hasta mentir?- Ella lo miró extrañada, no
tenía motivos para decirle eso, a menos que supiera la verdad.
-yo… yo no te miento Peter-
-en este momento lo haces-
-si es por Lali yo no tengo la
culpa que ella no se preocupe por ti-
mintió directamente y en ese momento entró ella con la comida y las medicinas
de Peter. Ambos la miraron y ella sintió la tensión en el ambiente, tal vez no
llegó en el mejor momento.
-¿Pasa algo?- preguntó temiendo la
respuesta.
-No, adelante- dijo Peter y la cara de
Belén simplemente perdió el color.
-Al fin llegaste, casi se pasa la hora-
intervino Belén cuando reaccionó. Pero Lali decidió ignorarla, pelear delante
de Peter podía ser contraproducente para su salud – dame yo se la doy-
-Belén déjame a solas con Lali- ordenó Peter intentando
controlar su enojo y sentándose con dificultad.
-De ninguna manera- Belén y quiso quitarle la
bandeja a Lali.
-¡¡Belén Déjame a solas con mi esposa!!-
ordenó con más carácter y enojo.
-¡Peter!, no debes hacer
esfuerzos-
intervino Lali cuando la cara de dolor tomó sus facciones.
-Solo quiero estar a solas
contigo- no quiso sonar enojado, pero no lo logró.
-no me importa lo que quieras o no, no debes
hacer esfuerzos- lo regañó dejando la bandeja en la cama y acomodando una
almohada en su espalda para que se sentara con más comodidad. -¿Qué hace el aire acondicionado prendido?-
preguntó yéndolo a apagar.
-yo lo ordené-
-por lo visto te levantaste
mandón-ironizó
abrió la ventana- si tienes calor te
aguantas porque el frío puede empeorar
la herida-
-Belén, adiós- le dedicó una mirada enojada y
a ella no le quedó más remedio que irse.
-Solo recuerda que yo siempre voy a estar
allí- dijo antes de cerrar la puerta y Lali revoleó los ojos en sentido de
cansancio por las indirectas de ella.
-Ven, acércate- pidió en un tono de voz
amable, como si no hubiese estado enojado anteriormente y haciéndole un sitió en
la cama cerca de él.
-¿ya se te pasó el instinto de Hitler?-
ironizó acercando una silla a su lado.
-Belén me sacó de quicio-
- a veces pareciera el motivo
de tu alegría más bien-
colocó la bandeja encima de Peter y sacó una servilleta para colocarla en su
pecho.
-¿celosa?- preguntó rosando sus manos
suavemente con sus dedos, una corriente incontrolable recorrió su cuerpo y sus
ojos se clavaron en los de ella. Lali fue la primera en reaccionar alejándose
antes de que él se acercara más para besarla.
-yo no soy celosa- respondió sentándose
en la silla y él se río.
-jamás lo vas a admitir,
¿verdad?- le tomó
una de sus manos con delicadeza -siéntate
aquí a mi lado-
-no hay nada que admitir, y
estoy a tu lado-
-Eres muy celosa, tanto que
tomas represarías contra mí siendo yo inocente de todo pecado- dijo en un tono de reclamo
sumiso que sonó sumamente seductor. Tiró de su brazo –siéntate aquí en la cama conmigo-
-deja de tironearme Peter, no
debes hacer esfuerzo alguno-
-¡por eso mismo! Estoy tan
débil que ni siquiera puedo levantar la cucharilla- se hizo el desvalido con cara
dramática y Lali sonrió – y desde allí
no me puedes alimentar, siéntate aquí- hizo un puchero que a ella le dio
ternura y risa, decidió hacerle caso sentándose a su lado.
-te estás aprovechando de mi nobleza-
comentó tomando una cucharada de sopa y dándosela.
-Muy listo de mi parte, ¿verdad?- ella
se sonrió y le siguió dando la comida.- ¿tu
ya comiste?-
-Feli está preparando la
comida-
- ¿y por qué no hizo suficiente
sopa para ambos?-
-porque esto lo hice yo- dijo con naturalidad y Peter
se ahogó comenzando a toser. -¡ay Peter
lo siento!- le dio un poco de agua y a él se le calmó la tos.
-¿Tu cocinas?- preguntó sorprendido.
-¿Tan malo esta?- cuestionó probando – ¡exagerado! ¡Sabe bien!-
- no puedo creer que hayas
preparado algo más en tu vida que no sea pan con mantequilla- tomó un poco más de agua y
Lali le dedicó una mirada que quiso hacerla de enojada pero no le salió.- ¿Por qué no la hizo Feli?-
-quise hacértela yo misma, ella
me guió, aunque para que sepas yo cocino, cuando estuve en Londres lo hacía muy
seguido- se
vanaglorió.
-muy seguido- pensó mientras comía otra
cucharada de sopa – eso es como una vez
al año: pan con mantequilla.- ella se rio pero se detuvo avergonzada cuando
él le acarició la mejilla – hay tanto
que me falta por descubrir de ti-
-uff si… como por ejemplo los
misterios de hacer pan con mantequilla.-
bromeó sonrojada en un tono misterioso y limpiándole un poco de sopa que le
chorreo por estar hablando.
-o por ejemplo los misterios de
porque te sonrojas cada vez que te tocó y te halago-
Continuará…
Volví, créanlo… corran la voz =)
Redes sociales:
Twitter, instagram, facebook y gmail:
@noveladictas
TBT. Días domingos, martes y jueves.
NUEVO capítulo Sábados.
Los comentarios para un escritor, son los aplausos de los artistas.
G. M. Rojas
No hay comentarios:
Publicar un comentario